Según llegas por la carretera los ojos se te ponen como platos al ver toda esa explosión otoñal, pero hasta que no bajas del coche y empiezas a palpar el ambiente no quedas lleno. Una vez llegamos al Parking, te pones las botas para patear durante un largo y hermoso día. Ahora ya estamos preparados para adentrarnos en Ordesa y en todo su colorido. Y una de las primeras fotos que puedo hacer es la de unos abedules, con su característico amarillo, que nos encontramos según empezamos a subir la senda de los cazadores. Y de paso hago esta versión en movimiento que espero os guste.
domingo, 6 de febrero de 2011
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